Esa oscuridad ya no era la misma. Era más oscura aún. Mi madre había muerto.
Un rato pasó. La mano de mi padre se aflojó. Decidí dejarla ir. Aunque lo seguí abrazando.
El silencio no me dejaba dormir. O eran los recuerdos. No importaba. Sólo quería estar con él.
(Piqui)
viernes, 13 de febrero de 2009
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